1- El neoliberalismo actual, remedo vigente de procesos históricos de dominación, repite el esquema permanente de denigración de los pueblos a conquistar, presentando los mismos como subculturas, inferiores y contestatarios, a los impulsos de la “modernización civilizatoria”

2- Podríamos repasar como se produjo a lo largo de la historia la conquista territorial, donde a los ejércitos, seguían procesos institucionales de colonización. Fragmentar, dividir, cooptar, someter, esclavizar fueron algunos de los ejes hasta mediados del siglo XX, siendo Argelia su última expresión de Liberación Nacional.

3- Cuando decimos que fue la última, es porque desde entonces los Imperios y las colonias vigentes, adoptaron formas que naturalizaron su presencia, pero fueron enfrentados y derrotados como en Vietnam, Irán, Siria y Cuba entre otras experiencias de pueblos en lucha. Podrán disfrazar sus manejos actuales, pero las intenciones últimas de dominación permanecen vigentes.

4- Esto lo demuestra la permanente lucha del pueblo Palestino frente a la agresión, limpieza étnica e ingeniería social del sionismo gobernante en Israel, sometiendo a Gaza y Cisjordania, ante el silencio del mundo cómplice y las voces acalladas de la mayoría de los pueblos. Sólo EEUU acompaña este genocidio.

5- Entonces estamos describiendo una matriz única de sometimiento, una herramienta que el conquistador necesita para dominar al conquistado, sacarle voluntad de lucha, diluir su identidad, arrasar por supuestamente falsos valores nacionales, imponiendo el Mercado como ordenador social y el dinero como Dios a adorar, en un marco de meritocracia individualista

6- Ese procedimiento lleva a la diáspora social, rompiendo los lazos solidarios que nutren la circulación vital de los pueblos. Ese objetivo imperial que expresa hoy el neoliberalismo en nuestro país, hace de la entrega patrimonial, de la sumisión de los trabajadores, del endeudamiento gigantesco que barre soberanía, una cuestión civilizatoria, moderna, intentando imponer valores que apuntalan los intereses extranjeros, a costa del pueblo.

7- El llamado al sacrificio común, a un “todos juntos” de algunos, en beneficio de “otros no incluidos” en el esfuerzo, la permanente afirmación de “no hay otro camino”, son eufemismos que intentan colonizar la conciencia nacional, en un nuevo proceso de penetración cultural e ideológica, que desconoce, los pilares de construcción de nuestra identidad nacional.

8- Es que cuando la lucha del pueblo comienza d desnudar la estrategia del enemigo, éste recurre entonces a los mecanismos habituales de represión, extorsión y llamados desesperados a “los consensos”, que no hacen más que fortalecer el esquema de colonización ya perpetrado, naturalizando su presencia cultural y profundizando su penetración económica, desnacionalizando la economía y sujetando al país a cortes judiciales imperiales.

9- Pero es cuando esa desnudez de intenciones se hace evidente, cuando comienza un proceso de reorganización del campo nacional y popular que comienza a entender, como lo planteó Perón, para demoler la democracia liberal limitada, desde la concepción de Comunidad Organizada, en que sólo la unidad del pueblo frente a un enemigo común, fortalece la masa crítica de lucha, para sacudirse el yugo de la dominación.

10- Esa lucha del Movimiento Nacional y Popular en una constante, desde los albores de la Patria Grande, por la Liberación, la misma que sin esperar recompensas materiales, ni favores institucionales, plantaron nuestros Padres Fundadores y que reeditaron Chávez, Lula y Néstor con el No al ALCA y la fundación del UNASUR. Eso demuestra que la conciencia americana, morena, criolla, profunda puede permanecer dormida un tiempo, pero siempre saldrá a la lucha contra los conquistadores de nuevo cuño y viejas tácticas.

 

Jorge Rachid