1) Sobre la reivindicación del movimiento sindical en la transformación social
Ante los permanentes ataques a las organizaciones sindicales, no solo en la Argentina si no en todo el mundo y a través del tiempo, como práctica de los poderosos a lo largo de la historia y siendo el sindicalismo el único sector social en permanente lucha por la redistribución de la riqueza, es imprescindible responder a esa ofensiva que hoy adquiere una virulencia mayor, con el objetivo de destruir las conquistas laborales logradas en más de un siglo de luchas.
2) La visión del Papa Francisco sobre el trabajo y el sindicalismo
En esa dirección han sido un apoyo fundamental los documentos del Vaticano en el período 2014 – 2018, impulsados por Francisco, que están en total sintonía con el pensamiento peronista, rescatan la centralidad del trabajo y el rol de los sindicatos, cuestionando la mercantilización del trabajo que lleva a la deshumanización sustitutiva en forma de automatización y robotización.
Los sindicatos deben individualizar los nuevos derechos de los trabajadores, en el marco de la cuarta revolución industrial, y nuevas formas de participación y organización.
En el encuentro de organizaciones sindicales convocado por el Vaticano, se abre una perspectiva novedosa y esperanzadora para la reflexión y el trabajo compartido del movimiento de los trabajadores en las sociedades contemporáneas.
Las organizaciones sindicales siempre han tenido un papel crucial en la defensa de la dignidad humana. La negociación colectiva, la acción colectiva y la libertad de asociación, el derecho a organizarse, son derechos humanos fundamentales y, al mismo tiempo, un requisito previo de otros derechos humanos. Los sindicatos tienen un rol predominante en la construcción de nuevos modelos de desarrollo ambiental, económico, social e integral y en la promoción de nuevas modalidades de trabajo.
Resulta fundamental avanzar hacia otro paradigma ético, superador del modelo tecnocrático dominante (económico, financiero y tecnológico), que permita el desarrollo integral, solidario y sostenible basado en los derechos, que coloque en el centro al trabajo y a las organizaciones de los trabajadores como fundamento para una sociedad justa e igualitaria, de acuerdo con el contexto de cada región y país. Esto supone respeto incondicional por el trabajo digno, estructurador de la identidad personal y colectiva en un modelo de desarrollo que combine crecimiento sostenible y justicia social.
3) La acción sindical más allá de la reivindicación salarial
El sindicalismo toma posición por un rol que va más allá de la lucha por el salario y las condiciones de trabajo, asumiendo una lucha integral por un mundo mejor y la posibilidad de llevar a la práctica esas ideas, se torna posible desde el primer gobierno peronista. La participación de los trabajadores estaba instalada en un gobierno donde el secretario general de la CGT participaba en las reuniones de gabinete de ministros, se designaron agregados laborales en las embajadas y la CGT fue el impulsor del proyecto ATLAS de una Central Sindical Latinoamericana.
4) La acción sindical más allá de la reivindicación salarial
¿Cómo pensar la participación de las dirigencias sindicales en un futuro gobierno?
¿Qué espacios reclamar y con qué propuestas? ¿Cómo prepararse?
Por un lado está la cuestión de “qué entendemos por desarrollo”; por otro, la de la “planificación de dicho desarrollo”. Temas propios, en su elaboración, de ámbitos científico-académicos y de esferas (inter)gubernamentales, pero de los cuales las organizaciones sindicales no pueden estar al margen.
Es fundamental analizar el tema de la participación sindical en la planificación del desarrollo en general, y en particular el problema de la industrialización y preparación de la mano de obra en un mundo donde el desarrollo científico tecnológico está generando un cambio de importancia entre la relación capital/trabajo.
El progreso económico sin la participación de los representantes del sindicalismo en los órganos encargados y responsables de llevarlo a cabo, no garantiza para los pueblos la justicia social a que aspiran y que desde todo punto de vista humano representa la meta final de su accionar.
En este tiempo, en que el futuro del trabajo se ve incierto, la búsqueda de productividad favorecida por los avances tecnológicos aparece como el factor principal de la pérdida de empleos, la participación sindical para generar mecanismos de regulación y control se hace imprescindible.
De no ser así, el denominado “desarrollo” no será planteado en función de los intereses del conjunto de los trabajadores del Continente, sino de la lógica y requerimientos del desarrollo capitalista de la región.
5) La institucionalización de la participación para la planificación
Imaginar una forma institucional de participación sindical en la planificación estratégica que tenga carácter vinculante, tal como aparece en algunas constituciones latinoamericanas, para la sociedad es un desafío ya que otras posibilidades de participación institucional que están en la escena política, como la incorporación de legisladores o funcionarios de extracción sindical quedaran diluidos en el conjunto de otros actores de variada extracción política, que por otra parte, sólo podrán tener incidencia si hay unidad detrás de un proyecto político del sindicalismo.
Por otra parte, la posibilidad que la planificación quede en manos de tecnócratas es un riesgo ya que como individualidades son altamente vulnerables y en muchos casos representan a grupos económicos, en un espacio en disputa, donde tratan de incidir en las políticas públicas en beneficio de sus intereses.
De manera que, avanzar en estos tiempos en cualquier política participativa de carácter institucional parece lejana, lo que queda como recurso es lo “para- institucional” que debe iniciar un proceso para la instalación de lo participativo como política pública.
6) El futuro del trabajo
Hay mucha información en el mundo sobre el futuro del trabajo, la mayoría proviene de fuentes empresarias ocultas tras de técnicos e intelectuales que tratan de demostrar lo inexorable de los cambios, lo bueno que serán y lo importante que es adaptarse. Es imprescindible comenzar a instalar un cuestionamiento a esas supuestas verdades y promover el debate considerando otras alternativas.
Es imprescindible instalar el debate sobre “el futuro del trabajo” que la OIT viene elaborando desde hace 2 años y será el tema central en el 2019, cuando se cumple el centenario. También la propuesta del Papa Francisco plasmada en la Encíclica Laudato Sí, que está en total sintonía con la justicia social impulsada por el Peronismo, es una referencia para pensar alternativas a las propuestas del sistema, retomando el planteo de Francisco en la reunión del Vaticano con sindicalistas de todo el mundo donde los convocó a asumir el desafío de retomar el rol histórico de defensa de los trabajadores y de transformación social.
7) Los nuevos desafíos para el sindicalismo
Los cambios producidos por las nuevas tecnologías son un reto para el movimiento sindical en todo el mundo, cambios que ya están empezando a formar parte de nuestra cotidianeidad. El desempleo tecnológico ya afecta varias actividades y la precarización tecnológica que avanza con las aplicaciones digitales, dejando a muchos trabajadores al margen de todo derecho. Todo esto hace necesario unir esfuerzos entre el movimiento sindical y los ámbitos de investigación, para conocer en profundidad lo que está sucediendo, sus causas y consecuencias, contribuyendo en la elaboración de alternativas que modifiquen el signo negativo de los procesos actuales, donde la tradicional centralidad del trabajo está siendo sustituida por otra centralidad: la del capital y la del empresario
8) La necesidad de una alianza estratégica entre el trabajo y la producción nacional
Ante la ofensiva del poder económico de eliminar conquistas laborales y utilizar la tecnología como elemento para generar un escenario de darwinismo tecnológico, es necesario retomar la propuesta generada por grupos de trabajo del sindicalismo y empresarios de pequeñas y medianas empresas con pensamiento nacional, donde se generaron coincidencias programáticas cuyos ejes entonces explicitados, fueron:
• El fortalecimiento y la defensa irrestricta de las instituciones democráticas.
• La defensa del mercado interno y la generación de empleo.
• La inclusión social.
• La creación y distribución de riqueza.
• La integración regional.
9) Objetivo de cualquier programa de gobierno
Cualquier propuesta de un plan de gobierno transformadores posible de ser implementado si la población se apropia del mismo y logra que los partidos políticos lo incluyan en sus plataformas electorales, para que luego los legisladores elegidos las sancionen.
De no ser así, por más importante que sean los proyectos y sean impulsados con las mejores intenciones, no tendrán posibilidad de ser implementados. Por otra parte, no alcanza hoy con aprobar leyes, la experiencia reciente nos muestra la fragilidad de las mismas, algunas de capital importancia para la comunidad que están siendo eliminadas, en muchos casos, sin resistencia. Por lo tanto las propuestas para un futuro gobierno deberían ser conocidas por la población, apropiadas y de compromiso público de los candidatos.
10) Propuestas
La creación de un consejo de planificación de los trabajadores para el desarrollo nacional.
Convocatoria a otros sectores.
Desde ese consejo se hará una evaluación de toda política pública que será cruzada por una serie de indicadores que determinen el beneficio o perjuicio para los trabajadores.
La planificación y la evaluación estarán condicionadas por un paradigma ético que tenga como centro el hombre y el trabajo.
Impulsar una propuesta que apunte a democratizar la tecnología, posibilitando la opinión de los trabajadores y la sociedad en su conjunto sobre el impacto de las mismas.
Un Ministerio de Trabajo con un rol que vaya más allá de lo meramente administrativo.
Mario Muñoz, Miguel Amado, Diego Lobo, Carlos Antuña, Roberto Boneti, Felipe Fossatti Alberto Lamas, Santiago Hynes, Quique Fosatti, Quique Gilardi.
Accedé al material completo en Apuntes Primero la Patria I.